“Cuando me llamaron, no dudé en aceptarlo, al Cuenca lo llevo en el corazón desde el 2004 y siento que debo devolver el cariño que tengo de la hinchada”, dijo Guillermo Duró, nuevo entrenador del Deportivo Cuenca, quien además manifestó que desde ahora, la responsabilidad para sacar al club del último puesto es de él.
Duró llegó ayer al complejo de Patamarca y se presentó de manera oficial ante sus jugadores, con ellos dialogó por un largo tiempo, planteando sus lineamientos y el estilo de juego que pretenderá implementar.
Ayer, previo a su primer entrenamiento, el estratega junto a Gastón Biaín, preparador físico, manifestó que ahora que vuelve a dirigir al expreso austral, siempre será importante contar con el respaldo de todos: hinchada, dirigencia y jugadores. “Si bien, el equipo estará bajo mis órdenes, para salir del sitio en el que está el equipo habrá que sumar todos”, comentó el argentino.
Además dijo que hacerse cargo de los camisetas coloradas en esta situación, (último en la tabla), es un desafío muy importante. “No vengo a ser el salvador, pero asumimos el reto; sacar al Cuenca del fondo”, acotó.
Equipo
En cuanto al equipo, Duró confesó que intentará tener un equipo práctico, y para eso habrá que trabajar mucho, pues y aunque faltan 35 fechas para que finalice el torneo, el Cuenca ya no puede dar más ventaja. “Se potenciará en lo anímico y futbolístico, aunque sin resultados positivos será más difícil superar”, expuso.
Duró, llegó al país la noche del sábado, en Guayaquil previo al cotejo entre el Deportivo Cuenca y Barcelona, se presentó ante los jugadores y el domingo observó desde las gradas el desarrollo del compromiso. “Álvaro Proaño, (entrenador interino) paró un buen planteamiento, pero todo cambio con la expulsión de un jugador. De aquí en más yo asumiré la dirección técnica y veremos las alternativas para mejorar al equipo que disputará los próximos compromisos”.
El DT fue claro, en cuanto a la plantilla de jugadores y manifestó que con lo que hay tendrá que mejorar. “Hay que trabajar con lo que tenemos, ellos (jugadores), tienen que reconocer que son los mejores y están en la capacidad para superar el accionar del equipo”, detalló al final, el estratega que se puso al frente del Cuenca por tercera vez en menos de cinco años, la última vez estuvo en el 2012.
