¿Cómo fue el año 2015 del Deportivo Cuenca?
Fue un año muy duro por todo lo que pasó, no solo en lo futbolístico, sino por otros temas que la gente ya los conoce. Por un lado jugabas bien, pero los resultados no se daban. Nos costó muchísimo ganar de local. Al final salvamos la categoría; no fue un buen año.
No jugué uno, cuando me enfermé en Quito por un problema estomacal, me llevaron al hospital para tratar mi molestia. Después fui titular en 43 partidos, y desde mitad de temporada fui el capitán del equipo. Un sueño que muchos anhelamos.
Una responsabilidad muy grande y dura, me tocó manejar al grupo, dar la cara ante los dirigentes y más aún con los problemas económicos encima. Gracias a Dios se pudo manejar en ambos frentes y mantuvimos la calma para terminar jugando, cuando algunos compañeros querían paralizar los entrenamientos.
Sí. Al comienzo del año no se nota mucho, pero luego sí. En los últimos partidos nos afectó mucho, porque ya te debían tres meses y la situación con el grupo se fue complicando.
Si. Al final del torneo esa era la única opción, caso contrario un descenso te marcaría para toda la vida.
A los 13 años.
A los 17 años y siete meses con Luis Soler. Ese día, en un partido se lesionó Mauricio Hurtado y el profe me hizo jugar los últimos 12 minutos. Luego a semana seguida fui titular ante Barcelona.
Creo que 223 partidos y convertí 11 goles, creo que para ser carrilero es una buena producción.
Como dije antes, solo se terminó una etapa, se terminó mi contrato y me llegaron nuevas oportunidades: Universidad Católica. Creo que del Cuenca salgo de la mejor manera, entregando todo hasta el último partido. Algún día volveré a defender estos colores con la misma entrega, tal como lo he hecho en estos nueve años.
Cuando debuté, cuando fui titular, cuando marqué mi primer gol... muchos recuerdos buenos.
Este año, cuando jugamos de locales ante el Deportivo Quito, íbamos ganando 3-0 y en menos de cinco minutos nos empatan el partido. Fue la peor noche, a lo mejor con esos tres puntos el objetivo cambiaba, por eso fue muy doloroso para todos.
El penúltimo partido, ante Universidad Católica, al ingresar al camerino lloré, era un partido de vital importancia, ganamos y salvamos la categoría, además pensé que iba a ser mi último partido con el equipo y por eso, incluso regalé mi camiseta al público.
Me llevo con todos. Hice mucha amistad, pero con Hamilton Piedra y Silvio Gutiérrez somos amigos desde los tres años.
Con Andrés Oña somos amigos desde la Selección, con el Chucho, Manita, Solari, con la mayoría me llevé muy bien.
Las tengo guardadas en mi casa, algunas las colgaré en la sala, son muy gratos y lindos recuerdos.
Estaré pendiente de mi nuevo equipo, pero siempre observaré algunos partidos del Cuenca.
Al Cuenca le di todo mi esfuerzo, sabía que muy pronto podría enfrentar ya sea de local o visitante. Primero tendré que ganarme un puesto en la Católica y defender como todo un profesional. Veremos que pasa cuando esté al frente de mi exequipo.
El Cuenca es un equipo grande, aunque no pude jugar un torneo internacional, espero que el próximo año si lo pueda hacer.
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